Paola Beatriz Cesano
Profesora de Lengua y Literatura
Porque la historia ya ha
comenzado a escribirse (…)
Nadie, ni siquiera usted
mismo, podrá
impedir que ese cuento se escriba.
Datos Contextuales
Juan Valentín Coletti nace en Chachingo, departamento
de Maipú, el 27 de julio
de 1932, siendo el mayor de una familia mendocina de once hijos.
Se inicia como poeta a partir de Canto Labriego (1955). Su segundo libro
Poemas para el Hombre sin Sombra
(1969) lo publica en Córdoba. Entre estos dos libros hay un tercero, inédito, terminado en 1957, Aprendiz de Pintor que aparece
publicado en 1997 con
el título El Campesino Ilustrado.
En 1978, con el libro de cuentos El Jardín de las Flores Invisibles, gana el
Premio Emecé de narrativa.
Sus primeros años en Córdoba están marcados por circunstancias históricas
como la caída del gobierno democrático de Arturo Illia, la dictadura militar de Onganía, movimientos estudiantiles como el “cordobazo”, movimientos guerrilleros
como
Montoneros y el ERP, y luego la Triple A. En ese período,
Coletti vive su propio exilio
interior. Abandona
casi “definitiva y conscientemente” la escritura.
Las palabras se convierten en un silencio incomprensible, perseguido por el vacío que la realidad le devuelve.
Junto a otros escritores
forma el grupo “La Cañada” y participa en publicaciones
de antologías como Córdoba Narra, Cuentos
de La Cañada,
Cuentos Regionales
Argentinos, Las provincias y sus literaturas, etc.
En sus obras, Coletti busca a través de la palabra una reflexión
sobre el destino
filosófico
del hombre, dejando lugar
mediante la
escritura
a
la revelación y
a la
memoria;
estableciendo mediante
la
ficción literaria,
relaciones temporales entre presente y pasado, entre lo imaginario y
lo
real, dando origen a un texto que rescata y recicla de manera casi profética, las historias olvidadas:
Escribo mis cuentos como un gran juego donde ejercito mi libertad y trato simplemente de poner un orden lógico a la palabra. Luego,
más atrás, hay como dentro
de la
escritura misma, otros textos, otros vínculos que interrelacionan su
totalidad.
Como si
fueran los sueños de otro, el lector puede explicarlos en forma
más o menos sencilla. 1
Estas palabras sirven para mostrar cómo esos vínculos
le
valen como punto de
partida para narrar en clave de ficción no sólo la realidad política y cultural que le toca vivir, realidad atravesada por la censura y la lucha entre víctimas y victimarios de los sistemas sociales de poder, sino que además le permite rescatar
a través de la memoria
el
pasado inmediato,
como
ocurre en El misterio de la fosa de los leones
con la relación
entre fuerzas armadas-Inquisición.
Coletti
teoriza sobre
la construcción de relatos: por un lado busca la
verosimilitud de un relato y por otro la construcción de ese relato en otro que lo
sustenta.
El misterio de la fosa de los leones: un relato policial
Desde la década del ´60 hasta el retorno a la Democracia, los cambios políticos
y sociales configuraron un parteaguas en la constitución del campo literario argentino con respecto a las tradiciones
intelectuales anteriores. Así, la novela se convierte
en
uno de los espacios donde los escritores
pueden tomar la palabra, esa palabra que les
permite poner en clave de relato un pasado inmediato. Los espacios narrados resultan ser el lugar donde
se polariza la violencia, donde
se ejecuta la tortura. La ciudad se
vuelve un espacio multifacético.
Según lo propuesto por Gastón Bachelard (2000):
el espacio lo es todo, porque el tiempo no anima ya la memoria (…) Y todos los espacios de nuestras soledades pasadas, los espacios donde hemos sufrido de la soledad o gozado
de ella, donde la hemos deseado o la hemos comprometido, son en nosotros imborrables.
Y,
además, el ser no quiere borrarlos. Sabe por instinto que esos espacios de su soledad
son constitutivos. (40)
Para los escritores cordobeses, desde la década del ´60 en adelante, la casa es la ciudad de Córdoba y
todos sus espacios se convierten en espacios significativos y
necesarios de narrar, por lo que a través de sus relatos constituyen
anclajes topográficos
de identidad individual y social.
1 Barei, Silvia, Biografía JUAN Coletti, en http://juancoletti.blogspot.com.ar/p/indice.html
En los escritores se evidencia el exilio de su espacio vital, la búsqueda de la
extensión universal del hombre, y de las palabras que se les escapan y que no alcanzan para narrar los hechos actuales que les toca relatar y vivir. Este exilio o alejamiento da como resultado
obras literarias en
las
que
el espacio
escritural intenta renovar la realidad, y rescatar de la memoria inmediata aquello que les permita comprender el
significado
de lo que ocurre en el momento actual en que se dan las condiciones
de producción.
Juan José Saer en El concepto de ficción (2004) sostiene que:
la verdad no
es necesariamente lo contrario de la
ficción, y que cuando optamos por la
práctica de la ficción no lo hacemos con el propósito turbio de tergiversar la verdad (…) La paradoja propia de la ficción reside
en que, si recurre a
lo falso, lo hace para aumentar
su credibilidad.
(12)
El relato ficcional así pensado,
no pretende ser entendido como una verdad sino
como una ficción.
En este sentido, Coletti construye
la
narración en dos planos que si
bien se enmarcan dentro de la ficción pueden dividirse en un plano real ubicado en un tiempo
presente y un plano ficcional ubicado en el pasado inquisitorial.
En ambos está
presente el misterio y la búsqueda
de la verdad a través de la revelación de dicho misterio.
Daniel Link, en El juego de los cautos (2010)
afirma que la literatura policial actúa como
una matriz perceptiva que “permitiría analizar
el
modo en que una
sociedad,
en
un momento determinado,
se imagina a sí misma.” (2010: 8) Así, el relato policial
muestra una realidad que se incorpora dentro de la ficción por lo que, además de narrar al delito debe, a su vez, hacer un examen y una crítica de esa realidad en la que surge. De este modo, el policial “desnuda
el
carácter ficcional de la verdad” (8) que intenta
mostrar.
Siguiendo lo propuesto
por
Silvia
Barei (1995) en el
Estudio
Crítico
a
El misterio de la fosa de los leones, el autor se vale de la narración
para, no sólo relatar la
historia de una injusticia en el marco cultural de la ciudad de Córdoba, sino también para esbozar una teoría sobre la escritura como espacio de “la memoria y la profecía.”
A través de la memoria, el enunciador del relato intenta revelar la historia de un misterio, la historia de un suceso que donde
empieza,
acaba: el misterio de la fosa de los
leones se inicia, desde un pasado ficcional evocado, con el relato del robo de la corona
de la Virgen por parte del protagonista
del
cuento, Leandro de Castañeda y Zárate, y finaliza en el presente cuando al enunciador
le es revelada la verdad por el personaje de
Sandra Adelina
Salgado
Castañeda y Zárate,
quien completa
y da
cierre
a
ambas historias.
La investigación
de estilo policial se lleva a cabo en ambos relatos: en el cuento
son los inquisidores quienes deben encontrar al culpable
del
delito de robo y restablecer el orden en la Congregación, mientras que en el relato del presente es el enunciador
quien debe descubrir si las pistas que se le presentan para narrar la historia de dicho
robo son reales. En esta búsqueda de verdad será ayudado por Sandra Adelina, quien le dará
la revelación del misterio. En oposición a esta suerte de revelación de un pasado que se le muestra al enunciador
como no tan ficcional aparecen nuevos agentes inquisidores en su presente real que no permitirán que la verdad salga a la luz.
De este modo, la trama de la narrativa
policial se vale de la ficción para decir la verdad. De manera dinámica,
la búsqueda de una historia real y el crimen de ficción se nutren e influyen recíprocamente, produciendo un encuentro entre ficción y realidad
que posibilita al género el pretexto de reflexionar
sobre las condiciones de producción
del
espacio en donde emerge.
Análisis Semiótico
En el prólogo a Seis semiólogos
en
busca del lector, Zecchetto sostiene que los hombres intentan cambiar la realidad variando formas, lenguajes e ideas, tratando de expresar la vida de una manera distinta mediante diferentes simulacros sígnicos
y
narrativos. Ante esto, la Semiótica sirve como ayuda para “deshilvanar la madeja del lenguaje y a comprender su
estructura” (2012:9) buscando la pluralidad de sentidos que
se encuentran
en
las distintas formas del lenguaje humano, a través de “los signos, los
discursos y las narraciones.”
En el
siguiente análisis se intenta mostrar
cómo en
la obra
de
Coletti
se
construye una pluralidad de significados, especialmente en torno al espacio y al tiempo
del
relato y
cómo las instituciones de poder no desaparecen sino que se desplazan
temporalmente, permaneciendo
en
una sociedad que cambia y se modifica, pero que se
va fraccionando en múltiples espacios de conflictos sociales y
políticos. El relato se
construye entrelazando diversos hilos narrativos que, recurriendo a la historia, intentan atrapar la memoria a través de una verdad y de una revelación. En el texto, la escritura origina dos planos espacio-temporales
distintos en los que es posible encontrar ecos de textos anteriores que le sirven al narrador
para construir
esa
verdad, entre la ficción y la
realidad:
El cuento que quería escribir ya estaba escrito y que sólo tenía que recordarlo poniendo
en contacto mi mente con la de “otros” que habitan el continuo espacio-tiempo de la
única realidad. (1995:31)
Título:
El misterio
de la fosa de los leones puede explicarse a través de múltiples fuentes o sentidos que emergen del texto: la primera podría encontrarse en la Biblia, en el Libro
del
profeta Daniel 6.1-29
donde se narra que Daniel fue arrojado a la fosa de los leones por instigación de sus propios amigos, al igual que ocurre con el protagonista del relato ficcional, Leandro Castañeda y Zárate quien es culpado de robo y condenado a la hoguera debido a la falsa denuncia de sus compañeros.
También el título adquiere sentido en el uso del recurso de la precognición a través de un sueño que Susana Tichauer desde Alemania le narra al enunciador del relato (47 y ss.), se hace alusión al
león que en el sueño devora a Susana, y alegóricamente al joven Leandro Castañeda y Zárate,
quien tras esconder
la corona
de la Virgen
en
lo que con el correr de los años sería la fosa de los leones del jardín zoológico, es condenado
por sus Superiores al
castigo de los Inquisidores. Finalmente, el título del relato es colocado por Adelina en su carta final de confesión,
en
la que relata cómo los hechos del pasado ficcional ocurrieron en un pasado real un dos de Octubre de 1677.
A través de los distintos
efectos de sentidos
que se despliegan en el texto se logra la especificación del título en el cuerpo del relato: el misterio remite a un suceso que ocurrió y que debe ser develado, mientras la fosa de los leones consigna una situación espacial relacionada con ese misterio.
Nivel Sémico:
Nivel de la Significación o nivel profundo
El relato
presenta dos segmentaciones, dos historias. La primera historia se da en
un tiempo presente en el que el enunciador narra la segunda
historia ubicándola en un pasado remoto que intenta rememorar.
Para
lograr enunciados coherentes los semas se estructuran de acuerdo a distintas hipótesis que posibiliten el
proceso de producción de sentido.
Hipótesis 1: la coherencia del discurso narrativo se da por la repetición de
elementos
semejantes o compatibles.
En la
narración
se logra la
unificación de
universos de significación a través del personaje de Sandra Adelina que mediante su
relato logra unir las dos historias y colocarlas en paralelo mediante la evocación del pasado en el
presente.
Hipótesis 2: las Isotopías del relato resultan de la repetición de elementos de
significación de una misma clase que
tiende
a ser la dominante. En el relato del presente
(lo que podría
llamarse historia
1) las isotopías
son
verdad, la historia real y concreta /
ficción, la profecía y la revelación mediante sueños; mientras que el cuento que se desarrolla en el pasado se encuentro inserto dentro de la historia 1,y tiene como
protagonista
al
joven Leandro (lo que podría llamarse historia 2) tiene como isotopías a
los
ejes inocencia, no develamiento de un robo
que se justifica de manera celestial/
culpabilidad, castigo por no descubrir la verdad ante el poder. La isotopía que atraviesa
todo
el relato y que se encuentra subordinada es presente real/pasado histórico ficcional.
Hipótesis 3-4-5: están relacionadas con el modo en que se organiza la
significación del relato a través de lo que se conoce como el Cuadrado Semiótico. En el texto, el recorrido de la significación se da a través de una transformación desde un
estado de ignorancia a un estado de saber de la verdad, tanto histórica como
revelada.
A su vez, dentro
del relato ficcional
(historia 2) se puede
encontrar otro
cuadrado semiótico:
A partir de la estructuración del cuadrado semiótico se puede tener un modelo
lógico de oposición
entre distintos términos que al cargarse valorativamente debido a la
oposición positivo/negativo
constituyen lo que se denomina una categoría tímica. En
ambos
cuadros, los ejes
verdad/no ficción,
inocencia/no
culpabilidad presentan un estado eufórico (valor positivo), mientras que los ejes ficción/no verdad, culpabilidad/no
inocencia
muestra un estado disfórico (valor negativo). Las relaciones que se establecen entre los términos
permiten revelar el carácter estático que dichos
términos
mantienen entre sí. Se encuentran así relaciones de aserción o de contrariedad entre verdad/ficción,
no verdad/no ficción; relaciones de contradicción
entre los términos ficción/no ficción y verdad/no
verdad; y relaciones de complementariedad que son de carácter transicional entre verdad/no ficción y ficción/no verdad.
Espacialización
El proceso de espacialización permite la discursivización
en
el recorrido narrativo, conforma una
isotropía, es
decir, un
“conjunto redundante de categorías semánticas” (Greimas, Courtes, 1990). Los actores del relato se desplazan
en
distintos espacios. En la obra de Coletti, la narrativa está marcada por el espacio y el tiempo de la sociedad del momento y, a su vez, en la narración de la historia 2 construye un
espacio distópico que se carga de valor negativo al mostrar en el discurso
el
espacio donde el personaje inocente es vencido por los sujetos de poder, ese espacio ubicado en
un tiempo pasado se constituye
como un espacio distópico, y juntamente marca un adentro y un afuera: Leandro, es feliz dentro de su
taller de orfebrería, espacio eutópico;
afuera, en el lugar donde se encuentra el objeto robado lo espera la hoguera, que para él
también se constituye en un espacio eutópico ya que en ese sitio logrará la redención y
la salvación.
En la narración
de la historia 1, el enunciador
se encuentra en un espacio
eutópico cuando está dentro de su casa y puede pensar y un espacio distópico cuando en las calles es amenazado por agentes de poder. Finalmente, el personaje
de Sandra
Adelina se configura
como espacio escritural a partir de las cartas que deja, en ese espacio lo humano y lo sublime, lo real y
lo ficcional se armonizan, el espacio que se
muestra cuando el enunciador está con este personaje es eutópico. De esta manera, puede observarse que los espacios enmarcados dentro de distintos semas, no son sólo referencias geográficas de la
ciudad de Córdoba
sino que son configuraciones valorativas de sentido.
Temporalización
El recurso de la temporalidad también sirve para producir efectos de sentido en
el
texto, es decir, consiste “en producir el efecto de sentido “temporalidad” transformando así una organización narrativa en historia” (Greimas, Courtes, 1990)
Juan Coletti, establece una relación de doble anclaje del relato, colocando al tiempo colonial de la inquisición
relacionado con el tiempo de la dictadura militar argentina. Ese espacio escritural le sirve para desplazarse en el tiempo del relato y así
lograr un cruce
entre pasado
y presente, entre lo real que
está ocurriendo y lo imaginario
que se está rememorando.
La deixis temporal se establece en una relación entre presente y pasado, lo que produce una anacronía, en el caso del relato ficcional se presenta como una ucronía
positiva: el tiempo pasado
del
relato se carga de sentido
lo
que le permite explicar el tiempo presente de la historia. A su vez, las segmentaciones
del tiempo del relato y
el tiempo de la historia se marcan con el uso de tiempos futuros
a través de la descripción de sueños y
profecías como las de Susana Tichauer y de Sandra Adelina, además en el
tiempo del relato el Arcángel Miguel se aparece en sueños
al
joven confiado
al
taller de
Orfebrería del Monasterio: “Yo, el Arcángel Miguel he dispuesto
que el río del tiempo fluya desde el siglo XX hasta este día transportando la Joya Divina para que manos impías no osen mancillarla jamás.” (33). Existe así una precognición que une al tiempo pasado con el presente: en el Siglo XX alguien robará la Corona
de la Virgen, y es
Leandro Castañeda y Zárate el encargado
de protegerla, a través del tiempo, de “la
avaricia de los réprobos.” De
este modo, tanto en el tiempo
del
relato como en el tiempo
de la historia puede encontrarse la siguiente secuencia: tiempo base- retrospección- tiempo base- prospecciones-tiempo
base, la temporalización se da desde un aspecto dinámico.
Actoralización
Los actores que
forman parte de un texto conforman categorías vacías que
se van
llenando mediante los diversos procesos semióticos que se producen a lo largo del
relato.
Los actores textuales que se presentan en la narración
se caracterizan por un rol temático o figurativo, es decir, que se constituyen como sujetos asignados como signos:
hay un rol
temático
escritor-investigador, un rol
abuela sucesora de una historia familiar, un rol sujeto de poder encargado de establecer un supuesto orden social, y en
el relato ficcional al protagonista Leandro se le asigna un rol sirviente y cuidador de los
bienes celestiales en la tierra.
El personaje de Sandra Adelina además de tener un rol temático, posee un rol
actancial ya que es la encargada de la acción de develar el misterio y es quien deja
escrita la carta que produce una suerte de intercambio temporal entre el enunciador
del presente y el protagonista del relato del pasado.
Programa Narrativo
El PN articula los dos enunciados base del texto, en
El misterio de la fosa de
los
leones se tendrán los siguientes PN
según actúen en función de hacer o en función de estado en la estructura del relato:
PN 1: relato de la construcción de la historia
del cuento El misterio de la fosa de
los
leones. Búsqueda de la verdad, que articula el presente real con un estado de vida.
Se
encuentra explícito.
PN 2: relato del cuento El misterio
de la fosa de los leones, historia de un robo.
Pasado histórico ficcional que se articula
con
un estado de muerte. Es implícito.
La realización de los programas narrativos permite ver las transformaciones de los sujetos con los objetos, el estado de conjunción o disjunción que se da entre el sujeto y
el objeto. Los PN se estructuran perfeccionado el
esquema canónico del relato:
PN1: construcción de un relato
>S1: enunciador del relato ficcional >
O1: historia del relato
PN2: historia del relato ficcional >S2: acusado de robo y asesinado > O2: castigo, muerte en la hoguera.
El recorrido de PN1 queda realizado, mientras
que el PN2 es virtual, es sancionado y no
puede realizarse. El estado de conjunción se da en el PN1 en la relación del enunciador
con
el personaje de Sandra Adelina, y el estado de
disjunción está en la muerte de Leandro a manos de la Inquisición, y en las amenazas que recibe el enunciador
por investigar la verdad de parte de grupos inquisidores
que aún funcionan como
controladores de poder en pleno siglo XX y que intentan ocultar la verdad de los
hechos.
El desarrollo
de estos planes narrativos lleva al reconocimiento y a la identificación de distintas dimensiones de análisis semiótico en
el texto. Así, en
el relato se puede
encontrar una dimensión pragmática en la que se pone en escena la historia del cuento
(el robo de la Corona de la Virgen y del asesinato de Leandro a manos de los Inquisidores); una dimensión cognitiva que se centra en el descubrimiento de la historia real por parte del enunciador del relato ficcional, la revelación le es dada a través de la
carta que el personaje de Sandra Adelina le deja; y finalmente una dimensión
patémica en la que puede verse cómo el enunciador del relato modifica sus
estados de ánimo al
descubrir
que lo que él considera una historia ficcional es una verdad, lo que le permite
colocar en paralelo su tiempo actual con el pasado ficcional. Esto lleva al yo-narrador
a
decir:
El cuento que quería escribir ya estaba escrito y que sólo tenía que recordarlo poniendo
en contacto mi mente con la de “otros” que habitan el continuo espacio-tiempo de la
única realidad. (31)
Es así como los distintos PN de los relatos crean diversas estructuras
de sentidos
que posibilitan que el lector pueda obtener formas de interpretación determinadas.
El modelo Actancial:
Actantes:
En el texto, los actantes se configuran como productos de la praxis cultural.
Continuando
con
el modelo de Propp, Greimas postula tres pares de categorías
actanciales donde
cada término de esa categoría se define por su relación de oposición a un término que se encuentre en su mismo nivel.
En el relato de El misterio de la fosa de los leones se puede encontrar las categorías actanciales según el
siguiente modelo:
-En el
PN
1:
Niveles Narrativos
Siguiendo lo propuesto
por Mozejko y
Costa en Lugares del Decir (2002) las
practicas discursivas, son realizadas por un agente social y sólo pueden ser entendidas y
explicables a partir del lugar desde donde son producidas. De esta forma, el enunciador
es:
una construcción textual; es decir, es uno más de los efectos de opciones realizadas por el
agente social dentro del marco de posibles y mediante
las
cuales elabora su propio simulacro como
consecuencia de operaciones de selección o incluso simulación.(16
y ss.)
El enunciador
construye niveles narrativos que se producen por actos de narrar
distintos: el primer nivel es extradiegético, los sucesos
narrados dentro son
intradiegéticos y el narrador es extradiegético; en el relato de ficción que se inserta
dentro del primer relato aparece un nivel metadiegético, es decir, un relato en segundo
grado. En
este nivel se da una
relación de causalidad directa, el relato
en
segundo grado
funciona como explicación. A su vez, en el relato de Sandra Adelina se produce una metalepsis o ruptura de los límites entre un nivel narrativo y otro ya que ella
introduce
dentro del PN1 su
propio relato al contar la historia de su familia, de esta manera cuenta
un relato de segundo
grado como si fuera de primer grado, es una metalepsis reducida o seudodiégesis.
De manera esquemática, los niveles serían los siguientes:
donde NR1 corresponde
el PN1, es decir, a la narración
del presente real cuyo sujeto de enunciación es un yo-narrador llamado Juan; el nivel NR2 corresponde
al PN2 en el que se narra la historia del pasado ficcional cuyo protagonista es Leandro; y finalmente el NR3 es el relato personal que Sandra Adelina introduce.
Funciones del Narrador: persona narrativa
En el PN1el narrador cumple una función testimonial, se encuentra implícito dentro del relato.
En el PN2 la función del narrador es narrativa, cuya acción básica consiste en narrar la historia.
En el relato de Sandra Adelina, el narrador cumple la función de comunicación
que está orientado hacia el narratario.
Narratarios
Son los destinatarios de la narración, el nivel que ocupa en el relato está dado
por el
estrato que ocupe el
narrador.
En el PN1, el narrador está dentro de la historia por lo que el narratario se encuentra dentro de la historia, es un narratario ficticio; mientras que en el PN2, el
narrador está fuera de la historia, es un autor implícito por lo que el narratario es un
lector virtual o narratario fuera de la historia
por
lo que puede identificarse con el lector
real.
Distancia narrativa
Está referida a la manera en que los personajes dicen o piensan, en los dos
relatos se da una imitación del
discurso de
los personajes con cierta distancia: el narrador finge ceder literalmente la palabra a sus
personajes:
- ¿Recuerda –me dijo
de pronto- que
hace algunos años ciertos
individuos inescrupulosos cambiaron muebles y joyas de la Catedral por copias falsas? (39)
Perspectiva: punto de vista narrativo, focalización y voz
En el PN1 el narrador se encuentra presente como un personaje dentro de la acción, el punto de vista narrativo está dado por un narrador
que cuenta los acontecimientos analizados desde el interior, es un narrador metadiegético. El relato es
de focalización interna, es un narrador con o de campo limitado:
Al abrirse la puerta aprecié el rostro, llamativamente hermoso, de la
anciana que había
estado
observándome en
el
Cabildo y que me había llamado
por teléfono. (37)
En el PN2 el narrador
está ausente como personaje y cuenta la historia de
manera omnisciente, el punto de vista es dado mediante un narrador diegético. En el relato aparece una
focalización cero o visión por detrás:
las campanas que llamaban a “laudes” trajeron de vuelta a la
tierra la
conciencia del
joven seminarista.
Corrió, sin ser visto, y ocultó el cofre con la joya en lugar seguro.(33)
Existe además un tercer tipo de narrador presente en las dos segmentaciones
del relato, es un narrador intradiegético/homodiegético: Sandra Adelina es un narrador en segundo grado que
relata su propia historia.
Conclusión
Para Juan Coletti, la palabra es un profundo surco que ilumina mundos posibles. Dentro del marco de lo ficcional, la representación
de lo real y el plano evocado
se unen a través de un enunciador que
se encuentra implícito en los hechos, y que a su vez construye la historia del relato entre dos temporalidades
paralelas. Esto le permite utilizar la palabra a modo de crítica política del pasado y
del
presente,
asemejando a la inquisición
con las fuerzas militares, y haciendo que el lector se identifique y
se sienta cercano a los hechos. A
través de la revelación de la palabra que aclara el misterio del
relato, ingresa a la dimensión de otro tiempo y prolonga la memoria:
He sido como la mayoría de los que vivimos aquí, contemporáneo del tiempo del horror,
de los años de servidumbre al despotismo (…) en ese núcleo estaba puesta mi intención literaria para rescatar, con el auxilio de la filosofía de la historia, parte de la memoria
cubierta por el polvo
de la indiferencia. (29)
La finalidad
de
la Semiótica como herramienta de búsqueda de verdad de
sentido en la estructura narrativa, dota de significación al relato encontrando la
articulación organizadora de la acción narrativa en cuando dadora de sentidos.
El análisis semiótico aplicado a la obra de Coletti posibilita
que la pluralidad
de sentidos emerja desde el texto mismo. Así, se muestra la importancia de la palabra como
providencia,
destino o revelación que explora el
porvenir filosófico del
hombre,
dejando lugar mediante la escritura a la memoria. Y
en
este sentido, Juan Coletti da vida a un texto que entre presente y pasado, entre lo imaginario y lo real, redime de manera
casi profética, las historias olvidadas permitiendo que la literatura (re)escriba el pasado y lo comunique a la humanidad.
Bibliografía
Apuntes de la cátedra de Teoría Literaria II
y Semiótica, Universidad Nacional Villa
María, 2013
Bachelard, Gastón, La poética del espacio,
México: Fondo de Cultura Económica, 2011
Coletti, Juan, El misterio de la fosa de los leones,
Córdoba: Ediciones del Fundador,
1995
Link, Daniel, El juego de los cautos, Buenos Aires: Paidós, 2010
Greimas, A. J, Courtés, J., Semiótica. Diccionario razonado de la teoría del lenguaje,
Madrid: Editorial Gredos, 1990
Mozejko,
D.,
Costa, R.,
Lugares del
decir.
Competencia social y estrategias
discursivas, Rosario: Homo Sapiens, 2002
Saer, Juan José, El concepto de ficción, Buenos Aires: Seix-Barral, 2004
Zeccheto, Victorino (coord.), Seis semiólogos en busca del lector, Buenos Aires: La
Crujía, 2012
-Páginas Web:
Coletti, Juan: http://juancoletti.blogspot.com.ar/p/indice.html [en línea] [Consulta: 10 de Noviembre de 2013]
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