Paola Beatriz Cesano
Profesora de
Lengua
yLiteratura
Porque la historia ya ha
comenzado a escribirse (…)
Nadie,
ni
siquiera usted mismo,
podrá
impedir que ese cuento se escriba.
Introducción
Juan Valentín Coletti nace en Chachingo, departamento
de Maipú, el 27 de julio
de 1932, siendo el mayor de una familia mendocina de once hijos.
Se inicia como poeta a partir de Canto Labriego (1955). Su segundo libro
Poemas para el Hombre sin Sombra
(1969) lo publica en Córdoba. Entre estos dos libros hay un tercero, inédito, terminado en 1957, Aprendiz de Pintor que aparece
publicado en 1997 con
el título El Campesino Ilustrado.
En 1978, con el libro de cuentos El Jardín de las Flores Invisibles, gana el Premio Emecé de narrativa.
La caída del gobierno democrático de Arturo Illia, la dictadura
militar de Onganía, movimientos estudiantiles como el “cordobazo”, movimientos guerrilleros como Montoneros y el ERP, la presidencia de Levingston, la vuelta a la democracia con
el
gobierno de Cámpora, la tercera presidencia de Perón, y el accionar de la Triple A son algunas de las
circunstancias
históricas que encuadran y
definen los primeros años
de su vida en Córdoba.
En ese período, Coletti vive su propio exilio interior.
Abandona casi “definitiva
y conscientemente”
la
escritura. Las palabras se convierten en un silencio incomprensible, perseguido por el vacío que la realidad le devuelve.
Junto a otros escritores pertenecientes al grupo de “La Cañada” participa en
publicaciones de antologías
como Córdoba Narra, Cuentos de La Cañada, Cuentos Regionales Argentinos, Las provincias y sus literaturas,
etc.
En sus obras, Coletti busca a través de la palabra una reflexión
sobre el destino
filosófico
del hombre, dejando lugar
mediante la
escritura
a
la revelación y
a la
memoria;
estableciendo
mediante la
ficción literaria, relaciones
temporales
entre
presente y pasado, entre lo imaginario y lo real, dando origen a un texto que rescata y
recicla de manera casi profética, las historias olvidadas:
Escribo mis cuentos como un gran juego donde ejercito mi libertad y trato simplemente de poner un orden lógico a la palabra. Luego,
más atrás, hay como dentro
de la
escritura misma, otros textos, otros vínculos que interrelacionan su
totalidad.
Como si
fueran los sueños de otro, el lector puede explicarlos en forma
más o menos sencilla. 1
Estas palabras sirven para mostrar cómo esos vínculos
le
valen como punto de
partida para narrar en clave de ficción no sólo la realidad política y cultural que le toca vivir, realidad atravesada por la censura y la lucha entre víctimas y victimarios de los sistemas sociales de poder, sino que además le permite rescatar
a través de la memoria
el
pasado inmediato,
como
ocurre en El misterio de la fosa de los leones
con la relación
entre fuerzas armadas-Inquisición.
En este sentido, se sigue lo propuesto por Beatriz
Sarlo (2005):
Reconstruir el pasado de un sujeto o reconstruir el propio pasado, a
través de testimonios
de fuerte
inflexión autobiográfica, implica que el sujeto que narra (porque narra) se
aproxima a una verdad que, hasta el momento mismo de la narración, no conocía totalmente o sólo
conocía en fragmentos escamoteados.
(76)
Coletti
teoriza sobre
la construcción de relatos: por un lado busca la
verosimilitud de un relato y por otro la construcción de ese relato en otro que lo
sustenta.
Pertenencia al Campo cultural literario
Desde la década del ´60 hasta el retorno a la Democracia, los cambios políticos
y sociales configuraron un parteaguas en la constitución del campo literario argentino con respecto a las tradiciones intelectuales anteriores, e incluso, a la literatura posterior a la
década del
´80, ya
que los
cambios
que se introdujeron en
los movimientos
culturales llegan hasta la conformación del campo
literario y editorial actual.
Durante todo este tiempo, la novela se convierte en uno de los espacios donde los escritores pueden tomar la palabra, esa palabra que les permite poner en clave de relato un pasado inmediato. Los lugares narrados resultan ser el lugar donde se polariza
la
violencia, donde se ejecuta la tortura. La ciudad se vuelve un espacio multifacético.
Según lo propuesto por Gastón Bachelard (2000):
1 Barei, Silvia, Biografía JUAN Coletti, en http://juancoletti.blogspot.com.ar/p/indice.html
el espacio lo es todo, porque el tiempo no anima ya la memoria (…) Y todos los espacios de nuestras soledades pasadas, los espacios donde hemos sufrido de la soledad o gozado
de ella, donde la hemos deseado o la hemos comprometido, son en nosotros imborrables.
Y,
además, el ser no quiere borrarlos. Sabe por instinto que esos espacios de su soledad
son constitutivos. (40)
Para los escritores cordobeses, desde la década del ´60 en adelante, la casa es la ciudad de Córdoba y
todos sus espacios se convierten en espacios significativos y
necesarios de narrar,
por
lo que constituyen
anclajes
topográficos de identidad individual y social.
En Una vanguardia intempestiva: Córdoba, Antonio Oviedo sostiene que:
No hace casi falta repetir que la ciudad, además de ser conditio sine qua non de la literatura, es al mismo tiempo, y como lo destaca David Frisby, un teatro de los modos de experimentar lo nuevo y lo diferente gestados por la modernidad y por la organización social y política en la que aquella obtiene dicha posibilidad.2
En los escritores se evidencia el exilio de su espacio vital, la búsqueda de la
extensión universal del hombre, y de las palabras que se les escapan y que no alcanzan para narrar los hechos actuales que les toca relatar y vivir. Este exilio o alejamiento de los escritores da como resultado
obras literarias en las que el espacio escritural intenta
renovar la realidad, y rescatar de la memoria inmediata
aquello
que les permita
comprender
el
significado
de lo que ocurre en el momento actual en que se dan las condiciones
de producción. En este sentido, según Barcellona (2011) el campo cultural
de Córdoba se define:
por una serie de actividades, agentes, capitales y reglas de funcionamiento que le son específicos y
otros que tienen una influencia decisiva en su desarrollo: como la actividad periodística, la producción literaria y editorial, la producción cinematográfica, humorística, académica, y su creciente relación con el campo
de la política.(15)
De este modo, la narrativa está marcada por el espacio y el tiempo de la sociedad del momento, al punto que algunos movimientos
narrativos “plantean diferencias estéticas o nuevos cuestionamientos creativos”3 y los escritores cordobeses
se unen en grupos que tratan de buscar una identidad cultural propia y descentralizada de la capital del país: una identidad cordobesa.
Un ejemplo de esto, es el grupo
“La
Cañada” que surge a finales de los´70. Los autores que lo conforman “promueven un
quehacer comprometido con el lugar que los cobija y que funciona como consolidación
2 Extraído de material bibliográfico de consulta de la cátedra.
3 Barcellona, M.,Curetti, S., Memoria, Literatura y Política en Córdoba, Estudios sobre la Transición democrática, pág. 57
de
una identidad. El nombre del grupo se convierte así considerado, en más que un mero
rótulo.4
Juan Coletti, que pertenece a este movimiento,
establece una relación de doble
anclaje del relato, colocando al tiempo colonial de la inquisición
relacionado con el tiempo de la dictadura militar argentina.
De este modo, el relato testimonial le sirve de
discurso de un narrador protagonista que en el presente narra el pasado. En palabras de Beatriz Sarlo “El testimonio es inseparable de la autodesignación del sujeto que
testimonia porque estuvo allí
donde los hechos (le) sucedieron.”5
El misterio de la fosa de los leones, la palabra como palimpsesto
Juan José Saer en El concepto de ficción (2004) sostiene que:
la verdad no
es necesariamente lo contrario de la
ficción, y que cuando optamos por la
práctica de la ficción no lo hacemos con el propósito turbio de tergiversar la verdad (…) La paradoja propia de la ficción reside
en que, si recurre a
lo falso, lo hace para aumentar
su credibilidad.
(12)
De este modo, el relato ficcional no pretende ser entendido como una verdad
sino
como una ficción. En este sentido, Coletti construye la narración en dos planos que
si bien se enmarcan dentro de la ficción pueden dividirse en un plano real ubicado en un
tiempo presente y un plano ficcional ubicado en el
pasado inquisitorial.
Siguiendo lo propuesto
por
Silvia
Barei (1995) en el
Estudio
Crítico
a
El misterio de la fosa de los leones, el autor se vale de la narración
para, no sólo relatar la
historia de una injusticia en el marco cultural de la ciudad de Córdoba, sino también para esbozar una teoría sobre la escritura como espacio de “la memoria y la profecía.”
Ese espacio escritural le sirve a Coletti para desplazarse en el tiempo del relato y así lograr un cruce entre pasado y
presente, entre lo real que está ocurriendo y lo
imaginario que se está rememorando.
En este sentido Barei afirma:
El misterio de la fosa de los leones viene a reafirmar justamente, que las relaciones entre lo real e imaginario están mucho más próximas de lo que puede suponerse, más aún que
la estructura de lo imaginario, no difiere fundamentalmente de lo
real. (11)
4 Ibídem., pág. 57
5 Sarlo, Beatriz, Tiempo pasado. Cultura de la memoria y giro subjetivo. Una discusión, pág.67
El relato se construye
mediante un narrador
protagonista que en
primera
persona produce un desdoblamiento en
el tiempo,
recurriendo a
personajes reales,
conocidos y contemporáneos
al
autor y a la sociedad de Córdoba, como es el caso de Efraín Bischoff, Osvaldo Pol y José Guzmán, este recurso permite
que los lectores se
sientan identificados con lo que en la historia se narra. A estos personajes reales, el
narrador los coloca en relación con personajes evocados de un pasado colonial que intenta reconstruir
a través de la palabra. En ese pasado, el poder de la Inquisición se confronta con
un
presente donde la
violencia es
ejercida
por
el accionar
de
determinados grupos
militares que se establecen en el poder. Mediante la narración se intenta mostrar cómo las instituciones de poder no desaparecen sino que se desplazan
temporalmente, permaneciendo
en
una sociedad que cambia y se modifica, pero que se
va fraccionando en múltiples espacios de conflictos sociales y políticos.
Es, mediante la memoria como el autor recupera el pasado y
lo
proyecta en el presente. Así, la escritura va conformando
un espacio en el que la palabra se convierte en alegoría entre lo real y lo imaginario, y en revelación de un misterio que va unido a
la idea de destino: “La misión que yo creo le ha sido encomendada es, mediante la
ficción literaria, aportar a los habitantes de esta ciudad una sorprendente revelación.”
(41)
El relato se construye entrelazando diversos hilos narrativos que, recurriendo a la historia, intentan atrapar la memoria a través
de una verdad y de una
revelación. En el texto, la escritura origina dos planos espacio-temporales
distintos en los que es posible
encontrar ecos de textos anteriores que le sirven al narrador
para construir esa verdad, entre la ficción y la realidad:
El cuento que quería escribir ya estaba escrito y que sólo tenía que recordarlo poniendo
en contacto mi mente con la de “otros” que habitan el continuo espacio-tiempo de la
única realidad. (31)
Según lo propuesto
por el crítico francés Gérard Genette, el fenómeno de la transtextualidad
o trascendencia textual del texto se define como todo lo que pone al
texto en
relación, manifiesta o
secreta, con
otros textos.6 El término palimpsesto permite observar
la aparición que se da en las obras literarias de una huella anterior, lo que configura una literatura en segundo grado. Según Genette, la hipertextualidad se
define como
la relación que
une a un texto
B (llamado hipertexto) con un texto A que es
6 Gérard Genette. Palimpsestos, La literatura en segundo grado. pág. 9 y ss.
anterior (llamado
hipotexto),
y en
donde
B se coloca
sin ser
en forma
de
un
comentario.7
En este sentido, y
buscando esas huellas que el autor usa para dar sustento a la realidad mediante la ficción, pueden encontrarse en su obra diversos intertextos en los
dos planos espacio-temporales que se cruzan y entretejen: el plano del presente real del
narrador y el
plano del pasado ficcional que intenta relatar.
En el primero,
se encuentran, desde el título de la obra hasta el misterio del robo de
joyas en la época colonial, referencias a Luis de Tejeda, a la Biblia,
especialmente al
libro del profeta Daniel en el Antiguo Testamento, al robo ocurrido en 1978 en la Catedral de Córdoba, a Tomás de Kempis, a Santo Tomás, a Santa Catalina de Siena, y
a Víktor Frankl.
Examinando el texto, estas huellas que son utilizadas por
Juan Coletti pueden citarse de la siguiente manera:
1. Fray Luis de Tejada: El peregrino en Babilonia es un poema místico donde el
autor desde la voz del narrador
se
confiesa de sus malas andanzas juveniles, muestra la efusión de su alma arrepentida. Esta obra le sirve a Coletti para mostrar que Córdoba
continúa siendo una ciudad de pecado, como la que fue en el
Siglo XVI.
2. La Biblia, Libro del profeta Daniel 6.1-29:
El recurso de la precognición a través
del
sueño que Susana Tichauer desde Alemania le
narra al protagonista (pág.47 y ss.) tiene su correlato con el libro del profeta Daniel en
el Antiguo
Testamento. El libro de Daniel
pertenece
a
los escritos
de
enseñanza
religiosa a los que se llamó libros apocalípticos, es decir libros de revelaciones. En ellos, los hechos contemporáneos
eran comentados por algún personaje de un tiempo
pasado,
como sí él lo hubiera conocido de antemano. Este personaje era el encargado de
descubrir
el
sentido de la historia e indicaba mediante una sabiduría
divina lo que se
debía esperar del provenir más cercano. De este modo, estos libros servían para enseñar a través de la ficción.
Este episodio
también hace referencia al título de la obra: La fosa
de los leones,
en
alusión al león que en el sueño devora a Susana, y alegóricamente al joven Leandro
Castañeda y Zárate,
quien tras esconder la corona de la Virgen en lo que con el correr de
los años sería la fosa de los leones del jardín zoológico, es condenado por sus
Superiores al castigo de los Inquisidores. Finalmente, el título
del
relato es colocado por
7 Ibídem. pág. 15 y ss.
Adelina en su carta final de confesión, en la que relata cómo los hechos del pasado
ficcional ocurrieron en un pasado real un dos de Octubre de 1677.
3. Tomás de Kempis: Coletti cita textualmente La
Imitación de Cristo, pero sin
mencionar exactamente el fragmento. Éste se encuentra en el Libro II Consejos para
la vida interior, Capítulo 12.30
No hay cosa a Dios más aceptable, ni para ti en este mundo más saludable que padecer
de buena voluntad
por
Cristo.
(45)
4. Santo Tomás de Aquino: cita textualmente “Nada hay en el tiempo sino el ahora”
(42), y otra referencia “al ahora” se indica como una forma de mostrar el “ahora”
del espacio actual en el que el narrador escribe, contraponiéndolo al “ahora” del pasado que intenta narrar (57).
5. Víktor Frankl8: lo cita ya que fue un rehumanizador de la psicoterapia por su
perseverancia en reflexionar y valorar la dimensión espiritual del hombre.
Su
visión del mismo supera determinismos reduccionistas y dispone para la conversión apoyándose
en
la trascendencia de la persona humana.
Es que la figura de Cristo, para quien como yo no profesa el catolicismo, es algo que está más allá de la literatura, es parte de mi propia naturaleza religiosa, como diría Víktor Frankl (40)
6. Santa Catalina de Siena: la cita puesta en boca de Sandra Adelina Salgado Castañeda y Zárate como frase final de la carta que
le
deja escrita al narrador
protagonista
antes de morir y en la que a modo de prolepsis anuncia de qué modo ocurrirán los hechos:
Soy la que no es: Tú eres el que es. Comunícate a mí a fin de que pueda cantar tus
alabanzas. ¡Oh Dios eterno! Eres la vida
y yo la muerte; eres la sabiduría y yo la ignorancia. Eres
la
luz, yo las tinieblas. Tú el infinito. Yo la limitada. Eres la misma rectitud,
yo un árbol torcido. ¿Quién alcanzará tu
suprema
sabiduría? ¡Oh,
Dios
eterno!
(63)
El personaje de Sandra se configura como espacio escritural a partir de las cartas
que deja, en ese espacio lo humano y lo sublime, lo real y lo ficcional se armonizan.
En el
plano
del pasado ficcional
que
el narrador desea
relatar se
pueden
encontrar las huellas de los siguientes textos:
8 Víktor Emil Frankl, (n. 26 de marzo de 1905, en Viena, Austria - 2 de septiembre de 1997, en Viena) fue un neurólogo y psiquiatra austriaco, fundador de la Logoterapia. Sobrevivió desde 1942 hasta 1945 en varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachau. A partir de esa experiencia, escribió el libro El hombre en busca de sentido.
1. El misterio del robo de joyas en la época colonial: este robo de joyas ocurrió en
la
Catedral de Córdoba en el
año
1978 y se descubrió en 1989. 9 En el texto, este hecho se muestra a través de palabras del Arcángel Miguel que aparece en sueños
al
joven confiado al taller de Orfebrería del Monasterio:
Yo, el Arcángel Miguel he dispuesto
que el río del tiempo fluya desde el siglo XX
hasta este día transportando
la
Joya Divina para que manos impías no osen mancillarla jamás. (33)
En este punto, existe una precognición puesta en palabras: en el Siglo XX
alguien robará la Corona de la Virgen, y es Leandro Castañeda y Zárate el encargado de
protegerla, a través del tiempo, de “la avaricia de los réprobos.”
2. Evangelio de San Lucas, 14.11
Con este fragmento inicia el relato que se ubica en el pasado, en la historia que
el
narrador comienza a escribir y que le sirve desde el inicio para indicar el tono o sentido que tomarán los sucesos
del
personaje del cuento: deberá ser humillado, y acusado de ladrón, para que luego de ser condenado por la Inquisición, su alma pueda
ser
glorificada junto a Dios. En el correlato del presente real, el narrador también sufre
los
insultos de alguien que forma parte de la “Inquisición actual”, y finalmente recibe la
carta donde se confirma la historia que él
está relatando:
Omnis qui se exaltat humiliabitur, et qui se humiliat exaltabitur. (32)
Todo el que se ensalza será humillado y
el que se humilla será ensalzado.
3. Fragmentos de la Regla de San Benito:
La selección del primer fragmento le sirve al narrador para avalar las virtudes que
el personaje protagonista de su relato- Leandro- tiene en comparación a otros
monjes cuyo comportamiento dista mucho de ser
el adecuado: vacios de
corazón, mentirosos, ladrones, ociosos, serán quienes lo entregarán al suplicio y a la hoguera de
la Inquisición. Remite, además a la idea del estudio como complemento del trabajo, en el relato ficcional son los ociosos los que castigan a Leandro; en el presente
real, en cambio, la cultura y el
estudio se ven amenazados por el poder dictatorial.
El segundo fragmento avala y (re) afirma o confirma las conductas que tanto la
Inquisición como el poder de los grupos militares consideran válida para llevar a cabo
9 Cfr. Carreras, Sergio, “Cuando le robaron a Dios”, La Voz del Interior, Nota, Domingo 29 de junio de
2008; “la confesión del ladrón”, La Voz del Interior, Nota, Domingo 7 de setiembre de 2008.
sus acciones, una justificación
que indicaría algo así como: si no alcanza con reprender
entonces hay que torturar, llevar a la hoguera y desaparecer todo lo que desagrade a los
Superiores.
Continuando con la idea de este doble anclaje del relato, estos fragmentos le
sirven al autor para comparar y ponderar las formas de comportamiento del pasado ficcional con
la
realidad presente. Las citas de la Regla de San Benito le proporcionan una especie de justificación para mostrar lo que sería un correcto “comportamiento social” por parte del poder inquisitorial y de las fuerzas armadas, en uno y otro espacio temporal, lo que le posibilita
postular que los militares funcionan como la inquisición
del
siglo XX.
Capítulo XLVIII: EL TRABAJO MANUAL DE
CADA
DÍA
Otiositas inimica est animae, et ideo certis
temporibus
occupari debet fratres in labore
manuum, certis iterum horis in
lectione divina (35)
La ociosidad es enemiga del alma; por eso han de ocuparse
los
hermanos unas horas en el trabajo manual, y otras en la lectura
divina.
Capítulo XXIII: LA EXCOMUNIÓN POR
LAS FALTAS
Si quis frater contumax aut inoboediens
aut
superbus aut murmurans vel in aliquo
contrarius
existens sactae regulae et
praeceptis seniorum suorum contemptor
repertus fuerit, hic secumdum
domini nostri praeceptum admoneatur
smel et
secundo secrete a senioribus suis. Si non emendaverit, obiurgetur publice coram
amnibus. Si vero necque sic correxerit, si intellegit qualis poena sit,
excommunicationi subiaceat; sin autem
improbus est, vindictae
corporali subdatur.
(45)
Si algún hermano
recalcitrante o desobediente,
o soberbio,
o murmurador,
o infractor en algo de la
Santa Regla y de los preceptos de los
Superiores
demostrara con ello una
actitud
despectiva, siguiendo el mandato del señor, sea amonestado por sus Superiores por primera y segunda vez. Y si no se corrigiese, se le reprenderá públicamente. Pero, si ni aún así se
enmendare, incurrirá en excomunión, en el caso
de que sea capaz de comprender
el
alcance de esta pena. Pero
si es un obstinado, se le aplicarán castigos corporales.
4. Cita de La Vulgata Latina escrita en el Siglo IV por San Jerónimo,
el pasaje referido corresponde al
Evangelio de San Lucas, 17,21
Regnum
Dei entra non est.(59) El Reino de
Dios está dentro de
nuestro corazón.
En esta cita, es preciso aclarar que así transcripta, esta frase presenta un error
que puede deberse a una omisión de un fragmento, o a un error de transcripción: en el
primer caso se elude el fragmento en latín que indicaría la traducción
dentro de nuestro
corazón; si se considera el error de transcripción se ve que la cita textual Regnum Dei
entra non est traducida literalmente expresa El reino de Dios no está dentro, ya que
non es un adverbio de negación, la palabra vos (vosotros) fue cambiada por non, además
intra (dentro) fue
cambiada en la transcripción por entra.
La expresión completa que aparece en La Vulgata es la siguiente: Neque dicent
ecce hic aut ecce illic ecce enim regnum Dei intra vos est, cuya traducción correcta sería
El reino de Dios está dentro de ustedes, y no dentro de nuestro corazón como se traduce en la obra.
5. A través de la mención a un poema de Fray Luis de Granada,10 Consejos para la
vida interior, cita nuevamente a La Imitación de Cristo, correspondiente al Libro IV
Del santísimo sacramento de la Eucaristía, Capitulo 16.25:
¡Qué
maravilla si todo yo estuviese hecho fuego por Ti y desfalleciese en mí, pues, Tú
eres fuego que siempre
arde
y nunca cesa, amor
que limpia los corazones y alumbra
los entendimientos.(55)
En este fragmento, rememorado por el personaje del relato ficcional, se alude en el momento en
que
es conducido
a la
hoguera,
precisamente
al mismo lugar
donde
escondió la Corona de la Virgen. A través de la memoria, Leandro intenta revelar la historia de un misterio: la historia de un suceso que donde empieza, acaba.
Conclusión
Para Juan Coletti, la palabra es un profundo surco que ilumina mundos posibles. Y poner a la palabra en escritura es:
entender la lógica y el significado de la fantasía y
ver la irresistible
luz detrás de las
tinieblas,
cosechar los
frutos de
la
imaginación y
contemplar las flores de los
jardines invisibles del espacio (…) Como escritor estoy de este lado de la
trama, del lado de las
palabras que trato de armonizar. Nunca voy a saber con certeza qué es lo que he escrito
verdaderamente.11
Dentro del marco de lo ficcional, la representación
de lo real y el plano evocado se unen a través de un narrador que se encuentra
implícito en los hechos, y que a su vez construye la historia del relato entre dos temporalidades paralelas. Esto le permite
utilizar la palabra a modo de crítica política del pasado y del presente asemejando a la
inquisición con las fuerzas militares, y haciendo que el lector se identifique y se sienta
cercano a los hechos.
A través de la revelación de la palabra que aclara el misterio del
relato, ingresa a la dimensión de otro tiempo y prolonga la memoria:
He sido como la mayoría de los que vivimos aquí, contemporáneo del tiempo del horror,
de los años de servidumbre al despotismo (…) en ese núcleo estaba puesta mi intención literaria para rescatar, con el auxilio de la filosofía de la historia, parte de la memoria
cubierta por el polvo
de la indiferencia. (29)
Es por medio del recuerdo como se puede revivir el pasado, conjurando a
las palabras que salvan del olvido y que al cobrar vida se resignifican en el relato. La palabra como providencia, destino o revelación explora el porvenir filosófico del hombre, dejando lugar mediante la escritura a la memoria. Y en este sentido, Juan
Coletti da vida a un texto que entre presente y pasado, entre lo imaginario y lo real, redime de manera casi profética, las historias olvidadas permitiendo que la literatura
(re)escriba el
pasado
y lo comunique a la humanidad.
11 Barei, Silvia, Biografía JUAN Coletti, en http://juancoletti.blogspot.com.ar/p/indice.html
Bibliografía
Bachelard, Gastón, La poética del espacio, México: Fondo de Cultura Económica, 2011
Barcellona,
Mariana, Curetti,
Sandra (Comp.), Memoria,
Literatura y política en
Córdoba. Estudios sobre la transición democrática (II), Villa María: Eduvim, 2011
Coletti, Juan, El misterio de la fosa de los leones, Córdoba: Ediciones del Fundador,
1995
De Kempis, Tomás, Imitación de Cristo, Buenos Aires: San Pablo, 2003
La Biblia, España: San Pablo, 1995
Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica,
Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos,
2001
Saer, Juan José, El concepto de ficción,
Buenos Aires: Seix-Barral, 2004
Sarlo, Beatriz, Tiempo pasado. Cultura de la memoria y giro subjetivo. Una discusión,
Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina, 2005
-Páginas Web:
Coletti, Juan: http://juancoletti.blogspot.com.ar/p/indice.html [en línea] [Consulta: 10 de Noviembre de 2013]
Carreras, Sergio, “Cuando le robaron
a Dios”, La Voz del Interior, Edición impresa | Sucesos | Nota, Domingo
29 de
junio de 2008 http://archivo.lavoz.com.ar/08/06/29/secciones/sucesos/nota.asp?nota_id=217594
, “la confesión del
ladrón”,
La
Voz
del Interior, Edición impresa
Sucesos | Nota, Domingo 7 de setiembre de 2008 http://archivo.lavoz.com.ar/08/09/07/secciones/sucesos/nota.asp?nota_id=237905
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