FRAGILIDAD DE LA LUZ




Se insinuaba fresca la mañana;
el sol apenas refulgía. Rojo
azafrán, sus pétalos dejaban
en el altar del campo su tesoro.

Una brisa sin prisa desplegaba
su aroma verdegal. Sobre tu rostro,
un  ave, al cimbrar sobre una rama,
espolvoreaba el oro del aromo.

El espacio del mundo estaba lleno
de tu proximidad; solo faltaba
que se tornara visible tu ternura.

Al fin me recibiste. En el seno
de la fragilidad de la mañana
Estallaba la luz en tu cintura.


JUAN COLETTI

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