Querido Tata:
Gracias por el fútbol que me enviaste para mi cumpleaños. ¡Estoy tan contento con el regalo! Pero no pienses que juego todo el día. Primero, dice mamá, hay que estudiar. ¡Ufa con la escuela! Menos mal que pronto vendrán las vacaciones de invierno y entonces sí que iremos a Córdoba a visitarlos.
Tata, quiero preguntarte una cosa. ¿Vos creés en los platos voladores? Un compañero de mi grado dice que su papá, que es camionero, vio un OVNI cuando venía de La Rioja. Diego (es el nombre de mi amigo) contó que su papá sintió mucho miedo porque el motor de su vehículo no arrancaba. Después se acercó una cosa con muchas luces de donde salieron los marcianos.
Eran casi enanos vestidos de verde y todos tenían antenitas como de vidrio en la cabeza. “Jugale al 27857” a la lotería”, dice que le ordenó el que parecía el jefe; y el padre de Diego cuando regresó a su casa corrió a comprar ese número y se sacó la grande. Eso contó mi amigo pero yo no le creo ni medio.
Una chica de tercero “B” dice que su hermano, que ahora tiene 18 años, viajó en un plato volador y ahora está como chiflado. ¡Pobre!
¿Vos viste alguna vez una cosa rara en el cielo? Cuando les pregunto, mamá y papá comienzan a reír y dicen que ellos vinieron del planeta Venus. Pero yo sé que es una broma para hacerme enojar.
Por favor, contestame pronto y decime si realmente creés en los platos voladores.
Juan Coletti
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